RADICALIZACIÓN Y POLARIZACIÓN,  CAUSAS Y PROPAGACIÓN, UNO DE LOS RETOS DEL SIGUIENTE SEXENIO.

RADICALIZACIÓN Y POLARIZACIÓN,  CAUSAS Y PROPAGACIÓN, UNO DE LOS RETOS DEL SIGUIENTE SEXENIO.

Desde el año 2018, cuando Andres Manuel López Obrador (AMLO) tomó protesta como presidente de los Estados Unidos Mexicanos inició un oscuro proceso que tendría como objetivo la polarización del país y la consecuente radicalización no solo de la ideología política popular sino también de las políticas públicas y del discurso popular del gobierno en todos sus niveles. Y es que en la campaña y todavía en su discurso de victoria AMLO hablaba de que sería un presidente para todos, de un estado de derecho y de un apego de todas sus políticas al orden legal estableció, de libertad empresarial, de expresión entre otros bellos deseos que quedaría así, como deseos de una etapa, pues quien se transformaría no sería el país sino el mismo AMLO.

Con la finalidad de partir todos de datos duros (y no de otros datos), me permito transcribir algunas líneas del discurso de victoria del día 1 de julio de 2018: 

“… El nuevo proyecto de nación buscará establecer una auténtica democracia. No apostamos a construir una dictadura abierta ni encubierta… Los cambios serán profundos, pero se darán con apego al orden legal establecido… En materia económica, se respetará la autonomía del Banco de México; el nuevo gobierno mantendrá disciplina financiera y fiscal; se reconocerán los compromisos contraídos con empresas y bancos nacionales y extranjeros… El Estado dejará de ser un comité al servicio de una minoría y representará a todos los mexicanos: a ricos y pobres… Seremos amigos de todos los pueblos y gobierno del mundo. En política exterior, se volverán a aplicar los principios de no intervención, de autodeterminación de los pueblos y de solución pacífica a las controversias…”.


No paso ni un año, ya que el día jueves 3 de enero de 2019 anunciaría la suspensión de la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, faltando a su promesa a la Nación que había hecho al momento de su victoria y como bien sabe el lector, ésa era la primera piedra de un sexenio perdido, de destrucción pero sobre todo de polarización, pues desde la conferencia mañanera todos los días el presidente se defendería demonizando a ciertos sectores de la población calificándolos de “conservadores” “opositores” “ricos” “privilegiados” “miembros de la mafia del poder” y sobre todo de “fifís”, una palabra que utilizaría en su discurso diario con el fin de englobar en una sola palabra a millones de mexicanos principalmente pertenecientes a las clases medias y altas y de calificarlos como enemigos de la transformación, creando en su discurso una lucha de dos bandos, los que lo siguen y los que se le oponen y es que sus términos son tan ambiguos que cualquier persona puede transitar de una a otra categoría en unas pocas palabras dentro del discurso del presidente. Pero ¿Cómo puede el presidente llegar a todos los sectores de la población y marcar los puntos al discurso de la agenda nacional? A través de un mecanismo de propaganda que conocemos como la conferencia mañanera, un espacio de hasta tres horas diarias que funciona como un monólogo amplificado por todos los medios en donde el presidente tiene el control completo de la agenda nacional, el presidente desde su mañanera escoge de qué se va a hablar ese día o esas semanas en la agenda nacional y a lo cual el país solo reacciona. 


Pero ¿cómo se puede definir esta conferencia mañanera? De acuerdo con el profesor de la Universidad de Sevilla, Adrián Huici Módenes, este tipo de ejercicios diarios de repetición y de control de la narrativa de un gobernante deben ser considerados como una forma de propaganda; un término que nos resulta incómodo y a veces hasta exagerado, pues lo tenemos históricamente ubicado en tiempos de la segunda Guerra Mundial, pero como bien indica el mencionado profesor en su libro “Teoría e Historia de la Propaganda”, la propaganda hoy en día es una palabra altamente denostada que ha adquirido connotaciones peyorativas, pues en el imaginario social se equiparán a las técnicas propagandísticas con manipulaciones y mentiras que simplemente no podemos conceptualizar que se utilicen en los países “democráticos”, sin embargo como señalada el autor, la propaganda en los tiempos modernos es consustancial en las actuales democracias como lo fue para los regímenes totalitarios con los que relacionamos la práctica, inclusive el autor menciona que el gran éxito de la propaganda es su “rebranding” en nomenclaturas modernas como puede ser el marketing político o la publicidad política y con esto ha perdido su naturaleza o aspecto amenazante, pero no deja de ser lo que siempre fue; y es que para claridad del lector me permito transcribir de dio obra la definición del autor de propaganda a continuación:

“Discurso mediático de contenido ideológico, de claro carácter persuasivo, similar en lo formal a la publicidad comercial o a la institucional, aunque difiera de estas por su intencionalidad: económica, en la publicidad comercial; orientada al bien común en la institucional, mientras que en la propaganda es el poder. Insistimos: el objetivo de toda propaganda es el poder […] hombres e instituciones políticas, y en muchos casos, religiosas invierten ingentes esfuerzos y mucho dinero en acciones comunicativas persuasivo-ideológicas para mantenerlo y, en caso de poseerlo ya, para mantenerlo”.


Pero porque estamos hablando de propaganda y de la conferencia mañanera, pues porque desde el púlpito presidencial, el presidente crea una realidad que le favorece, sus “otros datos” y es que no con destreza, pero si con repetición diaria, el presidente combate la realidad nacional con una realidad discursiva que crea a través de manipulación de datos o simplemente mediante la propagación de datos erróneos o en el peor de los casos a través de denostaciones a los medios a quien de igual forma ha calificado como corruptos, opositores, “chayoteros” entre muchos otros términos que buscan denostar al medio para menospreciar la información que éste presenta y ante la poca objetividad crítica de la población mexicana, el presidente se vale de su popularidad y su “amor” de sus gobernados para presentar esta realidad alterna, amplificarla y repetirla en todos los rincones del país para que sus gobernados que muchas veces no tienen ningún otro medio de consumo de noticias, dependan de la palabra del presidente para formar su criterio y conocer la “realidad del país”, para esto el presidente tiene un discurso que habla a sus bases, utilizando canciones, cuentos, chistes, refranes y frases populares para poder hablar a todas las clases sociales y formar una firma o marca de comunicación. 



Ahora que sabemos lo que es la propaganda y la forma en que el gobierno actual utiliza la mañanera para difundirla me parece relevante el hablar sobre los famosos “bots” en las redes sociales. Los “bots” es una palabra que proviene de robot y que se refiere a un programa informático desarrollado para realizar tareas de forma automática y repetitiva simulando un comportamiento humano. De acuerdo con la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA por sus siglas en inglés), los bots en las redes sociales utilizan inteligencia artificial, análisis de “big data” y otros programas o bases de datos para hacerse pasar por usuarios legítimos en las redes sociales cuyo propósito cuando son utilizados inapropiadamente es el de amplificar la desinformación y distorsionar nuestra percepción acerca de la realidad en diversos temas. El caso mas documentado sobre el uso de “bots” fue el de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de América en 2016 donde contendieron los candidatos Hillary Clinton y Donald Trump; en estas elecciones se documentaron el uso maligno de “bots” que tenían como finalidad el difundir información falsa sobre la candidata Clinton y esta información consistía principalmente sobre “los correos electrónicos borrados u ocultos” respecto del asalto al consulado americano en Bengasi perpetrado en la noche del 11 de septiembre de 2012 en la que murieron varios americanos entre ellos el embajador Christopher Stevens; y es que con ayuda de granjas de “bots” en distintos lados del mundo se fueron inundando las redes sociales americanas con cientos de infografías, memes, imágenes, audios, textos conspiratorios entre otros que tenían como finalidad el desacreditar a la ex secretaria Clinton y culparla de negligencia resultante en muertes americanas, fue tal el daño y las repercusiones electorales que se iniciaron investigaciones federales que buscaban acreditar que el gobierno de la Federación Rusa, liderado por Vladimir Vladimirovich Putin, había sido responsable del uso de granjas de “bots” con el fin de distribuir noticias falsas respecto de la candidata demócrata y darle ventaja al candidato republicano Donald Trump, quien ganaría la elección. 

Las redes sociales son hoy consideradas como un mundo dentro del mundo en el que vivimos, según un estudio del Instituto Reuters para el estudio del periodismo en México el 67% de los mexicanos consumen o reciben sus noticias en redes sociales sin verificar ninguna de las fuentes y es aquí cuando la propaganda del Estado (y también de los opositores) utilizando las granjas de “bots” crean tendencias en redes sociales o divulgan noticias falsas que los mexicanos consumen sin cuestionar afectando la percepción de la realidad de los consumidores, si a esto le sumamos el enorme presupuesto que tiene el gobierno en el rubro de “comunicación social” (un mil seiscientos millones de pesos para el año 202 solamente) en donde se ha documentado el pago a cientos de “líderes de opinión” “articulistas” y “moneros” para que en coordinación con las granjas de “bots” se pueda manipular la percepción nacional y se replique el discurso del presidente y del gobierno federal en diversas plataformas, por lo que si no llegan al consumidor por medio de los medios tradicionales a través de la mañanera, entonces nos vemos indirectamente afectados a través de la manipulación de las redes sociales. 

Sumado a lo anterior, el gobierno también tiene una importante herramienta en el uso y manipulación de las encuestas de opinión política que diariamente son publicadas y replicadas en los medios de comunicación masiva antes comentados que forman parte de la máquina propagandística del Estado, cuya necesidad de regulación se encuentra perfectamente explicado en un artículo de la presente revista y que le invito a leer, las encuestas son utilizadas para manipular a la población, especialmente al elector para dar una falsa sensación de grandeza inflada del Estado que lo que busca es intimidar al votante de oposición para no ejercer su derecho a votar, ya que lo que buscan las encuestas es presentar siempre una realidad alterada de insuperabilidad que haga pensar al elector de oposición que no tiene sentido votar y desincentivar el sufragio y aumentar el abstencionismo. 

Ahora que brevemente hemos comentado algunas de las herramientas que utiliza el Estado (no solo el mexicano) para buscar polarizar primero la opinión pública y después a la población, nos preguntamos ¿Cuál es la razón de la polarización? ¿Cómo se beneficia un gobierno con tintes autoritarios al polarizar a su población?; aunque el tema es extremadamente amplio y amerita un trabajo de investigación en áreas desde la politología hasta la sociología considero que una respuesta rápida y concreta es que la polarización termina con la democracia y esto lo logra porque el fundamento de una democracia constitucional radica en dos cosas: i) la igualdad entre todos los habitantes de un pais, como se encuentra consagrado en el artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y ii) la pluralidad en el dialogo nacional, México es un pais que cuenta con diez distintos tipos de ecosistemas terrestres, 68 pueblos originarios, mas de 364 lenguas indígenas, somos un pueblo que se ha enriquecido desde su conquista con la diversidad de múltiples culturas, lenguas, tradiciones, religiones, intervenciones extranjeras y desde las últimas décadas con un gran intercambio cultural, comercial e intelectual como todo el mundo, sin embargo la polarización busca suprimir dicha pluralidad y reducirnos a solamente dos grupos, los “chairos” y los “fifis”, los que están con el gobierno en turno y sus opositores, o como llegó a expresarse en un momento de radicalización política en 2022, “patriotas” contra “traidores a la patria”. 

 

La radicalización busca entonces encasillarnos en dos clases, en la cual una es denostada por ser parte de la otra y el diálogo termina, la riqueza de una visión plural natural a la democracia se acaba y es que solo falta ver algunas fracciones de la mañanera o de las sesiones del poder legislativo para poder observar que los argumentos y contra argumentos de los legisladores y gobernadores se simplifican en denostaciones a “los gobiernos pasados” o por formar parte de bancadas diferentes y ante tal realidad se cancela la conversación de la pluralidad y se termina con el dialogo ya que a través de las etiquetas que promulgan ambos bandos, éstos solo se injurian mutuamente y esto se convierte en el verdadero reto de una democracia moderna, porque el principal reto de cualquier democracia real es tolerar la pluralidad aún cuando en esta pueden encontrarse opiniones anti democráticas, es decir los verdaderos demócratas deben de tener el temple y la convicción en este sistema suficiente para tolerar opiniones que pueden ir en contra de la idea fundamental de la democracia, he ahí entonces que la polarización al radicalizarse termina con el diálogo y consecuentemente con el ejercicio democrático.   

 

Como podemos ir entendiendo, la radicalización es entonces una consecuencia de la polarización, podríamos decir que es el paso siguiente de la misma, una vez que se divide a la sociedad en estos grupos creados, éstos son más susceptibles a radicalizarse ya que como se dijo previamente, al no haber diálogo entre las partes éstas pierden también contrapesos y contrastes de la realidad, así como de la narrativa del otro grupo, permitiendo entonces que ideas más radicales se vayan formando; pongamos como ejemplo al Congreso de la Unión, donde todos los días hemos visto plasmada la polarización nacional, conocemos que hay dos bandos, dos bancadas, por un lado el oficialismo y por otro lado la oposición, dentro de dicho cuerpo legislativo no existe diálogo (ya están polarizados) cuando algún miembro de la oposición habla desde la tribuna, es recibido solo con chiflidos, insultos, burlas y gritos, no se escuchan contra propuestas, no existen antítesis a las tesis expuestas, pero dentro de los grupos se escuchan voces que saben que las propuestas más radicales son las propuestas que seguramente llegaran a los medios, son las que generan reacciones en redes sociales y con esto buscan llegar a los oídos del presidente para buscar verse favorecidos en algún momento, y es por eso que del Congreso hemos escuchando siempre a las voces más radicales, quienes proponen modificaciones absurdas a la Constitución o quienes califican de “traidores a la patria” a los opositores, sin embargo éstas posturas radicales que buscan ser el foco de atención empiezan a ser asimiladas por la sociedad y desde donde se empiezan a ver éstas ideas primero como ocurrencias y después como posibilidades, para explicar este fenómeno, pongo como ejemplo el algoritmo de la plataforma de “youtube” y su uso en la radicalización de la ideología de la supremacía blanca en los Estados Unidos de América. Ben Makuch, galardonado periodista en materia de seguridad y terrorismo y colaborador de la cadena de noticias americana “Vice” en su trabajo de investigación denominado “American Terror” habla sobre la propagación de los grupos supremacistas blancos en Estados Unidos, su radicalización y su divulgación utilizando principalmente la plataforma de videos y red social “youtube” y el uso de su algoritmo, Makuch habla de cómo el algoritmo de esta plataforma esta programado para sugerir contenido cada vez más radical de forma progresiva, para que de ésta forma el usuario no se percate de los cambios en el discurso tan abruptamente, el reportero comparte que los primeros videos comienzan comúnmente con un dialogo de cuestionamiento histórico y legítimos cuestionamientos a acciones del gobierno y sus último fracasos, el emisor del mensaje en los primeros videos suele ser un hombre de traje, con un vocabulario respetuoso y muy “científico”, hablan de estudios o de ciertas posiciones de algunas universidades con lo que buscan darle a su discurso un sustento académico, posterior a este éste contenido el algoritmo comienza a sugerir contenido más crítico al gobierno, con temas más polémicos y continua exponiendo al receptor de contenido cada vez más radical hasta que éste termina siendo expuesto a contenido de ultra derecha exponiendo soluciones radicales, aunque parece simple o increíble, esta estrategia ha logrado radicalizar a los jóvenes de los Estados Unidos de América como se puede evidenciar en los reportes del Centro de Extremismo de la Liga Anti Difamación donde se observa que solamente de 2017 a 2018 se incrementó en más de un 77% los podcasts y artículos en redes sociales concernientes al tema de la supremacía blanca, datos que comparte Ben Makuch y que afirma son clave para la radicalización de los Estados Unidos de América que llevaron a la insurrección del 6 de enero de 2021 donde miles de supremacistas blancos atacaron el capitolio con la finalidad de que los resultados de las elecciones de noviembre del año anterior fueran invalidadas, pues éstos radicales alegaban un fraude de la elección (esto es un tema con el que los mexicanos estamos familiarizados).

 

 

Como ha quedado claro en el párrafo anterior los resultados de la polarización y la eventual radicalización de la sociedad pueden tener resultados catastróficos, lo vemos en nuestro país vecino en donde los resultados pusieron en contra de la cuernas y tomaron por sorpresa a uno de los gobiernos que alega ser uno de los más democráticos del mundo libre, sin embargo múltiples estudiosos consideran que la polarización y la eventual radicalización no sirven para ganar elecciones, ya que un candidato radical asusta a la mayoría de los electores y lo anterior lo podemos ver en dos ejemplos cercanos y actuales; el primero es el ejemplo del actual presidente de nuestro país AMLO, quien perdió las elecciones de 2006 y de 2012 siendo un candidato radical y polarizante, sin embargo cuando engaño al electorado mexicano con una campaña incluyentes de todos los sectores como dijo en su antes mencionado discurso de victoria fue cuando obtuvo la mayoría en el año 2018; el segundo ejemplo es la elección entre el actual presidente de los Estados Unidos de América Joe Biden y su predecesor Donald Trump en 2020, en donde Trump se convirtió en el candidato de la polarización, donde gracias a asesores como Steve Bannon, Stephen Miller, John Bolton, entre otros, radicalizo su postura desde que tomó protesta y fue tomando acciones y discursos cada vez más agresivos y radicales lo que asustó al electorado Americano que se decidió por un candidato de centro como lo fue Joe Biden, expertos afirman que si el candidato demócrata hubiera sido alguien más radical como el senador Bernie Sanders, la elección hubiera ganado Donald Trump, lo que nos deja como lección que los extremos asustas, en los casos de polarización los ciudadanos tienden a sentirse más seguros con una posición de centro. 

 

En México estamos por vivir una elección histórica que tendrá consecuencias transgeneracionales, una elección particular pues sin importar quién de las candidatas gane, la vencedora se enfrentará a un país severamente polarizado y ésta deberá elegir si continúan profundizando la división o si busca de alguna manera reconciliar los polos y buscar un gobierno que incluya a ambas posturas, es decir una postura genuinamente demócrata que busque restablecer la pluralidad que hace tan rico a nuestro país y cuya postura sería refrendar el sistema democrática que ha costado tanto en el país, que ha sido fruto de años de luchas de distintos frentes siempre ciudadanos que han logrado consolidar la democracia mexicana, una de las candidatas tiene tintes demócratas y la otra no los tiene, en 2024 será obligación de cada uno de nosotros elegir el camino que deberá de tomar nuestro gran país, es tiempo de terminar con la polarización y la radicalización de las posturas que sabemos con evidencia las consecuencias que llevan consigo.

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